LIBRE
Quiere ser libre el ave
sin estar aprisionada,
en jaula de barrotes de oro
con deseos de volar liberada,
sin monsergas de encariñado
carcelero de por sí grotesco
o matrona sin agradable fama.
Quisiera deslizarse
y hacer del aire su cuarto,
aposento de coloreadas aves
y sus nidos en el follaje de un árbol,
tejidos o en adobes moldeados
como hace arquitecto sabio;
en la intimidad con otro pájaro.
Rapaces naturales vuelan
amenazantes en el espacio,
es lo mismo si él es liberado
de tan matemática atención,
incluso cuando es apareado;
quiere él montar su amor
y tener la libertad de su canto.
Cantar sus trinos varios
en danza al tiempo de saltos,
enseñando sus plumajes coloridos
y gorgojear de sus amores alados,
dejadle ser amarillo o blanco al canario
o jilguero de colores vivos
o pío gorrión más pardo.
Dejadle ser como es
y tener pluma por emplumado,
que pueda volar en libertad
si nunca lo podrá encerrado,
dejadle la puerta abierta
y no le pidáis tanto
hacer de sus trinos lloros.
Cantos a la vida añorados
entre versos ripios y arrumacos,
rebosantes de picoteos ellos
al limpiar el cuerpo deseado,
adaptándose a las estaciones
que la naturaleza ha creado;
servicios en la paz vulnerados.
Ya vuela por fin el liberado,
con un desacertado revuelo
deambula algo desorientado,
por encierro sometido
en tanto tiempo acorralado;
acuden voraces rapaces
y víboras quieren sus hálitos.
Regresa más que a prisa, en picado
al encierro de oro bajo palio
por sentirse en libertad descarriado;
volverá a la matemática atención
a la regla de tiempo aparcado,
montará cuando quiera el poseedor
y dormirá tranquilo en jaula contemplado.
Fallecerá después
y serán sus trinos olvidados,
y repondrán su entretener
quizá con otro pájaro,
o imitarán también sus trinos
en un chip de regrabados;
todo dependerá de don dinero.
Caprichos al contado,
los que marcan el gozo humano
entre regalos y simpatías
gracias de un momento deshumanizado;
los sufrimientos ¡esos! no son considerados
pues no piensa él ser apresado,
y cuando lo es, grita, ¡humanismo es libertad!
¡Mis derechos se han vulnerado!
curioso es que sean sólo para los sapiens,
que no hablamos de bravas bestias
decimos de un delicado pájaro,
o de cualquier ser irracional
con derecho a la vida en su campo.
¡Hay! cazador, si tú fueras el cazado…
Manuel La Parra Ripio