DIALOGANDO
Bajo un azorado carmesí reflejo
y turbando humaredas ya celestes
un madrigal en sombra agreste,
silenciosamente se soflama
El oro fluido y resplandeciente
de este mundo de color y fantasía
proyecta semillas en porfía
a una pingüe poetisa indigente
que, bebía con ansias de inviernos
en ritmo de enseña y pureza,
y que inmersa en éxtasis de tibieza
es cautiva en la gama de los sueños.
El pulso le temblaba entre las manos
en su mundo de ensueño y fantasía
y adueñada de sí en vana orgía
ya se entrega al demonio escribano
en turbadas humaredas atávicas
que, se acogen a los años opalinos.
En un bajo equilibrio ya cansino
de ansías, de respiros y de lírica,
va soñadora retozando jubilosa;
recitando requiebros a la apatía,
con retablos en volátil artesanía,
de un papiro, una lápiz y una rosa. y un flechazo
Van vibrando los aires de su pluma
y enardecen a los pálpitos previsores,
a las alboradas de liturgias con honores
que, alzaron un baluarte entre la bruma.
Mas, los años que sin remedio se le pasan
y la vida que se le apaga en resplandores,
van eclipsando a los sueños sus colores;
aunque el crisol de sus trinos no se marcha.