Siempre se tiene la pretensión del volver al lugar exacto que
Sólo se puede volver al recuerdo, desde la aceptación de su
VOLVER
Volver a los orígenes...
es volver al lugar que no existe;
es el principio y el final del camino,
los dos extremos de un cable;
como querencia en las tablas
del toro en el albero,
con el cielo levitando sus astas;
como lentos pasos de elefante,
adentrándose en la senda,
buscando la paz ausente.
Volver a los orígenes...
es marchar hasta el ocaso,
por el sendero del sol
al acabarse la tarde;
como la espuma agitada,
que navega por el agua
hasta perderse en la playa;
como agujas de un reloj
que van consumiendo el día,
hasta diluirse en la noche.
Volver a los orígenes...
es echar la vista atrás
en pos de un nuevo horizonte,
fuera de la realidad;
es perseguir las palabras
que se fueron al silencio,
soñando ecos de mar;
es alcanzar los pinceles,
para pintar de colores
la luz de la oscuridad.
Volver...
es quedarse en el final.
Del libro: "Vivires" (Autor: Álvaro Cordón Flores)