PALMERAS…
(popurrí)
Movidas por el viento,
las hojas de palmeras,
parecen crines
de furiosos corceles,
galopando libremente,
sin jinete que los monte,
a través de una pradera.
Cuando mi cabello siento
volar, traído y llevado igual
que las hojas de palmeras,
siento que el viento lo mueve,
haciéndole asemejarse
a las ondas de la mar,…
me gusta sentir que, libre,
vuela y vuela, porque nada…
ni nadie…lo pudo atar.
Y me siento libre toda…,
y siento, mi pensamiento,
libre de las ataduras
que, el pensamiento de otros,
pueda hacerle a mi pensar
y tal vez…tal vez me frena.
Que, hay veces que, sin querer,
no soy capaz de llegar,
donde mi pensar me lleva…
Y, freno mi pensamiento,
como se frena un corcel
al que le frenan las riendas.
Por eso, me gusta el viento;
porque me dá…
sensación de libertad;
porque me siento, con él,
más libre,…más yo…y le cuento,
a veces, cosas que nunca podría
contar a nadie sinó…
sinó se las cuento al viento.
Y el viento calla y escucha
y después de que escuchó,
y después de que mis labios
dijeron todas las cosas
que quise decir al viento,
y que nadie más oyó,…
Vuelve a acariciar mi pelo,…
y me acaricia la cara,
y, como dándome ánimos,
roza mi boca, cual beso
que diera un enamorado.
Sigue volando a mi lado…
y, cuando pierde su fuerza,
yo siento que una promesa
de silencio,…
y complicidad me ha dado.
Y me siento acompañada,
aunque nadie me comprenda.
E, igual que las palmeras,
sigo en mi sitio clavada.
Y, sigo esperando, que haya,
cuando el viento soplar quiera,
de nuevo una ventolera,
para dejar que acaricie
su paso, otra vez, mi pelo;
Y, aunque sea con el viento,
en alas de la ilusión,
sentir que alguien me acompaña.
Que habré de soñar despierta;
y habré de hacer una fiesta,
toda para mí, de sueños.
¡Que es tan hermoso soñar¡
¡Pero es tan triste pensar,
que todo quedóse en nada
después de apagarse el viento.¡
María Alcaraz López