EL TROVADOR
Me ha golpeado el destino
en lo más hondo del alma.
He recorrido un camino
sin llegar a la esperanza.
Soy ahora un poeta libre,
al que ni siquiera
atan sus poemas.
He renunciado al olvido
y al más triste recuerdo.
Ya no siento la amargura,
ni siquiera un atisbo de tristeza.
Tengo la compañía de unos versos
que vienen por la noche
y florecen con el día.
Soy el eterno navegante
surcando océanos.
El trovador de una esperanza.
Una esperanza, que aliente mis sueños...
Ramón Alvarez Jiménez