QUE TORNEN LOS SOÑADORES
Ya los campos van perdiendo su color;
en profunda agonía callado va quedando
el canto del ruiseñor;
ya no juegan los ríos ni hacen sortilegios
con los reflejos de la mañana,
ni hablan los árboles dejando sus palabras: hojas de alegría,
volando - casi bailando - y llegando para ti.
Ya no saludan las auroras
en despertares hijos de la esperanza;
ya no espera ninguna mirada la Luna,
ningún recuerdo fruto sagrado de promesa alguna.
Que tornen los soñadores
que tornen los que de la vida hicieron bandera,
los que de ilusión pintaron de nuevo azules de mar y cielo;
que tornen los que abrazaron y sintieron;
los que sanaron con lágrimas de alegría
caras de miradas perdidas,
como hijos bastardos del dios Jano,
en cuerpos doloridos y retorcidos por tanto abuso
en mitad de tan ingente e indecente tropelía.
¡Que tornen los soñadores!
Los que escriben con el alma;
los que cantan con la voz del corazón;
los que ya salieron y los que ya llegaron;
los que luchan por ser y por estar;
¡que tornen los soñadores!
aquellos que van dejando un beso en cada huella,
y en cada huella un lugar donde mirar y descansar.
¡Que tornen los soñadores!
los que van mirando y mirando soñando van;
aquellos que buscan la paz
en los ojos del otro;
los que nunca se cansan de volver,
aquellos a los que siempre lloramos
por volver a conocer.