OTRO OTOÑO
¡Qué agonía de colores y mar!,
¡qué lujuria
de rosas!, ¡qué cristal derretido
sobre una nube ausente
que llevaba el emblema del recuerdo!
Yo enhebraba palabras
lentamente junto a la ventana
del parque. Y, al instante,
intuía a la muerte
que andaba junto al magnolio enano,
disfrazando su grupa gris
con brillo de marfil.
Era el día y la noche de otros días
que ya no recordaba
o que había soñado junto a todos
en la bahía donde me llamaban
vieja morsa y velero.
Juntos habíamos vuelto y yo cantaba
en las ramas y tú
pasabas y alejabas en tu sombra
el cristal aún abierto
que confundía enero con noviembre vestido
de bandadas de pájaros
y palomas inmóviles venidas
de otra tierra nevada y tornasol.
José María Antón Andrés
De su libro “Mirrolde y algunas nubes”