REINA DE SABA
Soy nudo puro y duro de tu cuello
sujetando el lunar de tu corbata,
la giba sufridora del camello
que transporta la carga más barata.
Del pecho, tu dorado escapulario,
en el anverso amante de los jueves,
por el reverso orante del rosario,
telón de anuncio en misa de las nueve.
Silente, charlatana o novedosa,
si el lugar de reuniones lo requiere,
amiga, concubina o buena esposa.
El caso es ser botón de tu bragueta
y, aunque soñé que era reina de Saba,
me moriré con medias de calceta.
Manoli Sánchez