SUBLIMES
Son los pasos hacia el destierro permanente
los que inconscientemente nos llevan al tiempo,
a ese tiempo que comienza y nos envejece
y encima le agradeces con múltiples parabienes;
¡Su crueldad!
Sin darle la culpabilidad metafísica que el tiene
¡Todo!, por un amor cuan satisfacción aleatoria,
en la que sin intervenir tú, das la respuesta
si tienes la suerte luego de poder decir de ella;
¡Vivo!.
Y a pesar de tanta incongruencia juzgada
agradeces a un amor, aquel que te ha desarrollado,
tu propia existencia terrenal; después, miraras atrás.
Aun sublimado, veras pasar el tiempo sin sentirlo
aunque te creas crecido, unas veces admirado,
otras, desterrado de algunos cariños humanos;
sólo tendrás besos, lametazos de un peludo contento.
POSADOS
Pienso y reposado me pregunto
si merece hoy por hoy, pensar;
volando mis lucubraciones junto
a los deseos íntimos, sin tensar
la moral del antaño presunto,
responsable en manera de constar
y ser en vida lo que no era espanto
de convivencia en cuarto de estar,
donde la charla era el encanto
de una familiar vida sin instar
a la vorágine de liberal boato,
que ha ido modificando el pintar
de un cuadro de realismo exacto
en la imagen única que sin ilustrar,
era naturaleza y complemento
de aquellas muchas en aguantar
la educación con familiar instinto,
que de lenguas hacían bienestar
de social y público entendimiento
mientras el hogar era elogiado altar,
cuan pedestal de mejor momento
familiar y tribal que, sin espantar
la idea de la unidad como elemento,
conversador de tradiciones por constatar
que la unidad es fuerza y encanto
de una raza, que por conquistar,
fue y es, de Cervantes Instituto.
Manuel La Parra Ripio