LA MORADA DE LOS ANHELOS
Mujer, ¿dónde anidarán tus anhelos?
¿Dónde tu inescrutable soledad?
Ignoro la razón de tus desvelos.
¡Cuán inmensurable es mi necedad!
De tu crepúsculo ya siento celos...
Quiere demostrarte ingente piedad.
Ocultar tu dolor bajo sus velos
y burlarse de mí, con impiedad.
Ilusos son mis versos cuando lloras
y sueñan con desterrar tu tristeza...
Ellos se inspiran en triste quimera.
Es delito no saber donde moras.
Desconocerte, ha sido mi torpeza.
¡Mujer, siempre mi ignota primavera!
Ramón Alvarez Jiménez