OBERTURA
La vajilla desgastada
del tiempo
atraviesa mis mandíbulas
con el aguijón
alborotado
en la misma combustión
que atraviesa los cojines
con la boquilla de una bombona entreabierta
en el útero de la ventana.
En él,
puedo ver las caderas nerviosas de una niña
vestida con los tacones
que succionan el torniquete
de mis anginas
hacia el intestino que fecunda
las sandalias del alfiler.
Los viandantes me esperan al otro lado del comedor,
cuando alguien me contesta
arañando el silencio
afilado
en cemento la dictadura
de mis lágrimas.
Lo siento,
no puedo escuchar
lo que ahora se agrieta
bajo el tapete asfaltado
en la tachadura
imprecisa
de la mordaza.
"Ven".
Sahara (“Poesía eres tú”, 2011)