No importa que haya culpa
ni importa la intención
cuando uno yerra, paga
haya o no haya perdón.
Aquello que se hace mal
sea queriendo o sin querer
su castigo le persigue
por ciencia del “mal-hacer”.
No te extrañe que compongan
error, pecado y delito:
un paquete.
Como el pecado y delito,
el error no se "realiza":
¡Se comete!
Laura Aguirre
10 - 2 - 2012