Por mi historia que haces única
Por nacer para aprender;: para aprender
el AMOR.
¡Gracias,
Señor!
Porque en el Espacio Tiempo, Tú me
engendraste.
Porque me plantaste, en el lugar que
habías elegido.
En medio de dos Ángeles: como Lutgarda
y Vicente.
Con la impronta de tu Amor,
Me cuidaron y sufrieron, con su cariño
y tesón;
Pues no siendo de su sangre, volcaron
su vida en mí
Me arroparon con su mimo, ayudaron a
crecer.
El Amor que había en ellos, fue para
mí,
Con el tiempo; ejemplo de algo sincero,
Cuando al cabo de los años, pude llegar a sentir,
Tu presencia y sutileza, dentro de mi
corazón:
Descubrí que eras El mismo que,
Siempre habías estado, cuidando de mí,
con Ellos;
Fluyendo tu Amor de Padre, a través de
sus desvelos.
Fueron como un hortelano que cavando y
regando,
Enderezando la planta, hace llegar a
buen fin,
Como Tú, Buen Dios, le has ordenado;
Dentro de su libertad, hacer que nada
se pierda;
Para que todo complete, con la
gratitud,
El ciclo Eterno, de tu Encarnación de
AMOR.
¡Gracias, Señor!
Vicente Enguidanos Garrido