Han de ser ingeniosos
estos versos
para describir toda tu belleza.
En ardua tarea se hallan inmersos.
No soy poeta de genial destreza.
Indescriptibles esos pechos tersos.
Llegar y amarte...ninguna simpleza.
Demasiados mis errores diversos.
¡No sé adorarte con delicadeza!
No atinan mis manos cuando acarician.
Enojada,siempre de mí te alejas.
Mis labios,tus gratos besos codician.
En la noche, me sentencian tus quejas.
Desabridos reproches me justician,
dejando a mi ineptitud entre rejas.
Ramón Álvarez