Crucificado


¿Adónde te diriges, crucificado
si nadie detiene tu sangre
ni curan tus heridas?

¿Adónde vas, desamado
si nadie te calla el hambre
ni son tuyas las esquinas?

¿Sobre qué piedra posarás tu cabeza
cuando el cansancio te domine
y las ramas se cubran de escarcha?

¿En qué lecho dormirá tu vergüenza
cuando el pecho tanto te oprime
y, tu desventura plácidamente descansa?

Yo te enseñaré un camino
¡Síguelo!
Yo, por él, ya he caminado.
Al final, hallarás tu Destino
Y, un Cristo que por tí está llorando.

Gaspar González Pina