tan inmenso y verdadero
que se ha metido en mi ser
inundando así mi cuerpo.
Cada poro de mi piel
diciendo están que te quiero,
y eso que no te conozco
pero te siento muy dentro.
Y mi mente vuela y vuela
imaginando tu cara,
cómo será tu sonrisa,
cómo tendrás la mirada.
Cuántas ilusiones tengo
meciéndose en mis entrañas,
cuánto amor está esperando
a que tu vida se abra.
Para acunarte en mis brazos,
para cantarte mil nanas,
para luchar contra el viento
si el viento a ti te atacara.
Quiero que sepas, mi niño,
que te espero ilusionada,
que te engendré por amor
y que te quiero con el alma.
Ana
María Rodríguez Melguizo