Consecuencia y pilar


Lleva la realidad,
emponzoñada en mí
como puñal invisible,
que me atraviesa;
retorciéndome entrañas,
las que al corazón vituperan
estrangulando mi garganta,
e inflamando sus venas;
ahogados sentimientos,
los que afloran incontenibles
entre compungidos silencios,
y hablas sin lengua;
lagrimares contenidos,
a punto de torrenteras
de impetuosas aguas,
salidas del alma paterna;
miedos varoniles
excusas para ocultar
mi parte fémina,
atorméntanme el alma;
y a la vez ésa,
mi humildad clama
ayuda por ignorancia,
a un sin fin de maneras;
que humanidades ahílas,
ellas sensibles son
salvaguardas nuestras,
las que alivian impotencias;
donde el protocolo aquel,
materializa respuestas
insensibles por costumbre,
al dolor que llevas;
y relajando tu tensión,
puedes explicar
aunque entre congojas,
aquello que anhelas;
con vehemencia,
aunque torpemente tú
cerradas tus cuerdas,
no vocalizas lo que quisieras;
y la educadamente serena,
escucha y espera paciente
esa calma que te falta,
Pilar para la atención bien hecha…

A ella doy, mis infinitas gracias  

Manuel La Parra Ripio