como
un pozo vacío,
que
en el fondo no hay nada?
Soporta
el amante
sobres
sus hombros
las
pesadas ignominias de siglos,
a
cambio del oro de la perversidad
sobre
sus semejantes.
Mas
un latido de esperanza
está
abierta hacia la muerte
donde
no hay distinción
de
los que nada poseen.
Y
la semilla que fue otorgada
a
la curiosidad de alcanzar,
tras
la muerte, un bienestar,
un
eslabón infinito , que
borre
el padecimiento
de
nuestros días aciagos,
quedaría
exigua si supiéramos
comprender
que todo lo terreno
tiene
un principio y un fin.
Y
si, ojalá, como pensabas María,
sabiéndonos
finitos,
pudiéramos
vivir sin soportar
sobre
nuestros hombros
la
codicia sobre el poder y el dinero.
(A mi amiga Pilar Villanueva)
Miguel Ángel Matamala Subiza