Poema de Ramón Álvarez
De tu adorable dulzura.
De tus bellas flores blancas
que denotaban frescura.
Cuando la luna adormecía,
me propuse encontrarte.
Te busqué entre geranios y rosas,
entre amapolas y azahares.
¡Mas al fin te hallé una mañana
en las manos de un vendedor
que con esmero te paseaba!
Fue en la soleada terraza
de un viejo bar de Málaga.
Yo no dejaba de contemplarte...
¡Tu espléndida figura
logró conquistarme!
Biznaga, aún te adoro en mis noches.
¡Aún pronuncio tu nombre!
Ramón Álvarez
Rincón de la Victoria (Málaga)
16-2-2007