Poema de Miguel Ángel Matamala
con
ese resplandor de luz y hermosura,
cuando
te he visto blanca sobre el alba,
apreciando
sin recelo cada planta,
cada
maceta, cada flor,
y
observar a toda aquella gente
que se
volvían con admiración a mirarte,
no he
dejado de pensar en la simbiosis
que
experimenta el amor a los patios.
Ante
esa sencilla hermosura,
que
destruye la inclinación a la expresión,
que
hace sentir la carencia de las palabras
y que
solo es posible
mirarte
en silencio en noches oscuras,
dónde
tu brillo realza
las
alas de lo imperecedero,
en
esos momentos de mutismo,
es
cuando la soledad desnuda
los
corazones al grito de…
¡qué
hermoso patio!
Abril 2012