Poema de Álvaro Cordón
¡Tenía un sombrero tan grande...!,
¡tan
enorme...!,
que
daba sombra en las esquinas
de
los ámbitos del monte.
Cubría la
magnitud del silencio
girando
sobre los momentos,
y aún
dábale mil vueltas
al
círculo del firmamento.
Entre los
finales sueltos,
un
derroche de medida,
para
cubrir tanto hueco...
con
cuatro ideas vacías.
Pudiera
rodear el mundo
de
penumbra indefinida,
con
toques de tonos grises
en...
huyes de fantasía.
En sus
alas de asteroide,
se
esconde, clandestinamente,
las
claridades del día
tapadas
de inmensidades.
Tan ancha
es su envergadura,
tan
largos extremos y enlace,
que, en
sus medidas ocultas,
lo corto
llega a eternizarse.
Del libro "Umbrales
de luna"