Poema de
Juan A. Pellicer
Envuelto de los silencios
que persiguen los recuerdos
que se escapan de mis manos y de mi alma,
y sólo llevan, como mirada sin dueño,
en los días que se soñaron,
callados y sentidos…
…los alientos.
Noche maldita, apagada sin estrellas,
sin una luz, ni tenue, ni cierta, ni cerca ni
lejos,
… sin nada;
negrura total que me lleva y me arrastra
por el abismo desconocido que sin palabras habla;
que me besa desde la rabia,
y me envuelve con su brazo negro,
que me va matando,
…que me va perdiendo.
Es la noche, la vida en negro,
millones de respuestas a la misma pregunta;
un camino transitado por quién no importa,
una nota de música cercana –perversa sinfonía-
abandonada en el universo de lo que nunca fuimos.
Noche de mil colores perdidos,
confundidos por el negro del mar cuando te ciega;
como el del cielo cuando se tapa;
negro como tus ojos negros cuando te sueño;
como el alma del traidor;
negro como el sabor a derrota donde perdimos la
esperanza;
como el dolor de la herida empeñado en ser rojo;
negro como la canción de despedida que me niego a
susurrar;
como la espada empuñada tras de ti;
negro como el color de la muerte que sólo uno
conoce;
como el adiós del que amó dejando una letra no
escrita;
como la mirada triste que pasa y traspasa,
o la palabra huérfana de paz, que por herir,
deja el alma cansada esperando la luz que no
llega.