Poema de Antonio Díaz
en fragante voz reveladas;
Intimismo en el mejor clima.
Musicalidad a poesía donada.
A mágicos paisajes,
con pausada niebla,
ofreces pasaje
donde la tonada, en encrucijada, tiembla.
Atención aunada
en tu tramado sendero,
suspiros buscando consuelo
ante verdades tan bien aclamadas.
Domador de letras
cuando haces física la palabra
en constelación voz
nos vareas,
Te elevas al mundo de las ideas.
En un solo corazón
Junto a tus estrellas…
nos alineas.
Fuga de pensares
recreación de almas,
siluetas sin forma…
lugar de lugares.
Corazón por aludido
de mundanales miserias ,
de alados tullidos
te sales del nido.
Reflejos de mar adentro
liberan profundidades
tiemblan cimientos .
caen banalidades.
Con humanidad comprometido
no denuncias,
sólo a consentido,
para su reflexión …
anuncias.
Adagio andante
va creando parajes,
de mil colores sus habitantes.
Mundanos y etéreos sus personajes.
Lexema en martinete
es furia depurada
arrojo al atinente…
con genuina templanza es mitigado.
Desde el sincero celeste
de una tarde despejada
caracolas calladas
son embajada donde perderte.
Fortu mirada clara de irradiante esencia
Mágica vara que al desdén silencia.
Atrayante presencia
que acercarse obliga
a oir su lira
de arte y ciencia.
Excelso silencio
mudo genoma;
implante sidéreo
en Divino sosiego asoma.
Efímera génesis perdida,
de influencia inmortal
encadenada prendida
la lleva humanidad.
Marinero de poema adentro
con reciclajes de naufragios
haces salvadora nave
rumbo a buen puerto
y seguro anclaje.
Fortu leerte quiero
con la esperanza alada
de las palabras no pronunciadas
de haber llegado
donde en verdad son escuchadas.
Poema dedicado a
Fortu Bitán con motivo del acto donde la Unión Nacional de Escritores de España
le concedió la Medalla de San Isidoro de Sevilla.