De tu noble arquitectura


Poema de Carmen del Pino

Voy pisando las huellas a tus sandalias,
dejan estela brillante de ruiseñor;
observo en tus ojos un esquivo enigma
de historias, por el mundo de los sueños
que, los poetas aman.  Por acequias,
por  caminos y andanadas, voy escuchando
tus melodías rimadas, reflexiones que perfumas
con palabras que a mi ánimo de arena arañan.

Y tiene quizás, tu corazón la llave,
de ese secreto arcano que, al corazón consagra;
un salmo mudo en el azul de las entrañas,
un credo quimérico enfrentándose a la vida;
acaso, una embestida de la musa, ¡quién sabe!
un claro día que la vida nos regala,
un idilio al traste, una palabra, una clave,…

Todo o nada, preveo de tu noble arquitectura,
en lienzos del recuerdo que, rimando plasmas,
para dar conocimiento de la realidad velada.
Presiento, a los ecos de la tarde en soledad grave.
Tienen, a veces, un fiero amor cual hiedra;
eterno siempre en un pasaje en sombra.
Mas, otras el corazón vislumbra piedras,
y bajo ellas, una lágrima empuja afilada;
aflora el sol de la alegría, sin nubes plateadas,
amanece el nuevo día de nuevo a la alborada
y el corazón del poeta, que es todo humanidad,
resurge cual el ave fénix de entre las llamas.

Mi buen amigo Fortu, Tu musa es la nobleza,
de ti aprendo grandeza, ¡del ruiseñor que clama!
que clama que le escuchen, que escuchen su palabra.
Y el corazón se angustia ¿es que no queda nada?
con red sutil tejida, tu musa ya te aguarda.
El tiempo todo niebla, el tiempo todo calla,
la vida lanza piedras hacia la tumba parda.
pero tu voz, POETA, a la injusticia asalta
y como David al gigante filisteo, al muro dragas.

Permíteme amigo, que así me siento serlo,
permíteme te digo, que ensalce aquí tus versos. 
Me abrasan las mejillas de hojas verde y grana,
enanos con punzones y ciclopes con palas;
al escuchar tus rimas me suenan a baladas.
Y quiero así decirlo, aunque me digo: ¡¡Calla!!
Vencer al tiempo quiero, que el tiempo nos engaña.
En ti hay sol de fuego, amigo, compañero,
la musa de los justos en ti hace campaña
con rimas que soportan el agua y la corriente.
Ya todo se remueve, ya fluye por las venas,
al componer tus rimas, un firmamento puente,
que al amor regenera y emociona al oyente.

Poema de Carmen del Pino dedicado a Fortu Bitán y leído en el acto de homenaje al poeta organizado en enero de 2014 por la Unión Nacional de Escritores de España. 

La UNEE reconoció a Bitán con la Medalla de San Isidoro de Sevilla, máximo galardón honorífico que Carmen del Pino también obtuvo en 2007.