Poema de Pilar Baixeras
en este atardecer
veraniego,
dejo que mi alma
se serene;
que contemple y
goce
de la Naturaleza,
donde tu Señor,
derramaste ¡tanto
bueno!
Todo en torno
mío, me invita
a la paz, a la
paz del corazón,
a sentirme bien
por dentro:
los árboles, las
plantas,
el trinar de los
pájaros; parece
que me invitan a
este dulce sosiego.
Es como si me
dijeran:
coge lo más bello
que contemplas,
haz un ramillete,
y ofréceselo
al Señor, él es
nuestro dueño.
¡Bendita
Naturaleza! Que así
me invitas a
gozar de la paz verdadera;
de tu quietud y
silencio.
Absorta en tu
contemplación,
a la par que el
ramillete que tu me ofreces,
yo también al
Señor me ofrezco;
y quiero darle lo
mejor de mi misma
en este atardecer
veraniego.
La pintura que ilustra el poema es de Pilar Baixeras.