Poema de María Sánchez
Román
Esta mujer de humilde apariencia,
inmenso corazón latiendo
en un oasis de aguas turbulentas.
Al compás de su sensible mirada
tejen sus dedos acordes de
cristal
y acurruca los sentimientos bajo la luna llena.
Las letras bailan en cascadas de palabras
y con la brisa se desmelena
toda la belleza.
Esta mujer no calla…
Nos llama su fuerza y coraje,
entre unos versos acaricia la miel de los labios
y en un sentir de gotas de lluvia nos encontramos,
fija nuestras miradas, afinando el tono de la vida
con el perfume de la unión apretando las manos.
¡Callar… no, no calla!
Su voz son canciones y canta,
gritan los versos sin voz y la
música se viste de gala.
Esta mujer,
Es esposa, madre, amiga…
gaviota en alta mar.
Esta mujer es poeta de la vida
y responde con su aliento
cuando llaman a la puerta
tanto egoísmo pecador.
Poeta, mujer…
En un océano donde navegas,
echaste las redes en busca de PAZ
y llega el momento donde se cumplen los sueños,
donde se tejen en tus manos la
justicia y la libertad.
No… no calles, sigues
gritando!!!
Sigues formando remolinos en alta mar.
Entre las rocas eres el gemido que rompe con la ola
y gritan los sueños que nos
reparten el amor,
arrastrados por los vientos,
capitaneando los versos,
y… todos navegamos en los barquitos de papel.
Poeta,
¡No calles, no…!
porque este mundo es de todos.
Que corran estos gritos.
¡Grita siempre, muy fuerte,
estos versos sin voz!
(María Sánchez, Octubre
2014)
Poema remitido
por su autora y leído en el acto de entrega del diploma de Miembro de Honor de
la UNEE a Julia Jiménez Caraballo.