Alborada


Poema de Paco Veira

Abro los ojos al nuevo día con renovada ilusión de vivir,
mi mirada fija a lontananzas, me muestra la belleza de la alborada
que anima al sol a agradar con su luz, que ilumina tristemente,
por las insolidarias nubes  que no le dejan subsistir.

Día triste, perezoso, ingrato para la vista,
suena en los oídos el susurro de una brisa imaginaria, dándonos la bienvenida a este mundo, al edén de los sufridores, al mundo de nuestros recuerdos, al presente de nuestros amores y al del futuro de nuestros 
sueños e ilusiones.

Tomémoslo en nuestros toscos brazos como un frágil recién nacido,
mezamos con cariño y devoción, que  la mirada no se convierta en llanto, 
si en un torrente de alegrías.

Abramos nuestras almas, que penetre en nuestros corazones entristecidos, 
pero ávidos de amor y deseos de felicidad.
Por querernos complacer, en un gesto de agradecimiento y altanería
despierta  de su letargo, de su tristeza y luchando como insigne caballero, 
resurge de las sombras, reluciente y derrochando  caricias y alegrías.

Bienvenido nuevo día, aquí estoy, te sigo queriendo como ayer.