Poema de Laura Aguirre
yo pierdo los papeles,
pues mucho es
lo que teje
y no hay quien
lo maneje.
Su corazón me abre
cuando me
escribe cartas
pero en la
última hoja
empieza a dar
la lata.
La dejo en su
sobre,
encima de la mesa,
le pido a su madre
que lo mande a
la selva.
Pero a pesar
de todo
mi amor es poderoso:
de donde no
hay, saca
no está hecho
con corchos.
Sin embargo me
espanta
que se coma a
los pájaros,
pregunto qué
le pasa
y le beso las manos.
Aprendiendo
del que trota
ando por esos mundos
sin ver hombre
más sordo
ni ver alguien
más mudo.
Con el pisapapeles
y abrecartas de hojalata,
tiene un tejemaneje
que me espanta y me delata,
si el todopoderoso
lo permite y aconseja,
pondré en la sobremesa
un manojo de madreselva.
Con la
facilidad de alguien que usa un sacacorchos
y la
tranquilidad de quienes usan pasamanos,
voy a buscar
sin tregua a ese tonto espantapájaros,
trotamundos
tozudo, sordo-mudo, mudo y sordo.