Poema de Celia Cortés
repleto
de amargura, temor, desaliento,
de
locos extraviados, mentirosos,
fachadas
pecadoras de pensamiento.
Cristalinos
turbios y viles que miran
súbditos
sumisos de cualquier ciego,
los
ombligos rotos de niños viejos,
esclavos
de ángeles y dioses muertos.
Luces,
laberintos, abismos negros,
hambruna
de paz y de conocimiento,
caos
de ironías, coronados necios.
El
mundo, cloaca del desespero,
alcantarilla
sucia y abarrotada
de la
espesa hez que deja el miedo.
(Poemario "Amores y
desvelos").