Poema de Concha Gorostiza Dapena
¡Oh!, ínclito Poeta,
que con tus inspiradas
y musicales palabras
elevas las almas
de los prosaicos mortales
que habitamos las bastas
llanuras,
altas montañas y verdes
junglas
terrenales
¡Oh!, Trovador preclaro
que con tus versos
ardientes
haces volar cual tórtolas
a los virginales corazones
de tiernas doncellas, nubiles,
criaturas anhelantes
que esperan con
impaciencia
a esos mancebos también
poseedores
de tierna nubilidad y
desbordantes de amor.
¡Oh! Mezclador de palabras
rimadas
que con tiernos adjetivos
ensalzas ese amor
puro y materno que las más de las mujeres
sienten alguna vez.
¡Oh!, Rapsoda inspirado por las musas
que cantas a esas
primaveras
que despiertan los
sentidos de las tiernas criaturas
aún encogidas por los
helados hálitos invernales.
¡Oh!, Aeda que ensalzas con tu verbo contundente
las proezas de aguerridos
Homéricos capitanes
que defienden con su
sangre,
con valor acreditado
los embates enemigos
que con sus hazañas
guerreras
llevan a la gloria al
ejército vencedor.
¡Oh!, Juglar itinerante
que allá por el medioevo
con tus rimas galantes
divertías a aquellas damas
aburridas
de las cortes imperiales.
¡Oh!, Vate, adivinador
que gracias a la empatía
son tus palabras hermosas
bálsamo tranquilizador.
¡Oh!, Coplero singular,
son tus cantos populares
los que llegan al más
sincero corazón
de las sencillas gentes
que se acercan a
escucharte con pasión.
¡Oh!, Bardo del mundo
celta
que en las noches equinocciales
loabas a aquellos héroes
barbudos
de aspecto rubicundo
que con sus hechos
rotundos
traían gloria y fama a las
aldeas septentrionales.
¡Trovadores, Juglares,
Aedas, Copleros, Vates!…
Distintos nombres,
distintas épocas,
¡Poetas!
Desde que la humanidad
empezó
Ahora y siempre
Gracias a vuestras palabras
Que llegan al corazón
Elevando nuestro espíritu
Haciéndonos soñar, amar,
Reír, cantar y bailar
Recorriendo a veces un
áspero camino
Casi siempre mal
retribuido
Poeta, popularmente
sinónimo
De monetaria pobreza
De espíritu enriquecido
Pero con pocas viandas
Que te llegan a la mesa
Tu tienes esa grandeza
De la almas escogidas
Para embellecer el mundo
Por eso y por mucho más
Te dedico esta Oda
¡Oh! Ínclito Poeta de
ahora y siempre
Con toda mi admiración.