Poema de Manoli Sánchez
y al morir he conocido su
sonrisa,
he bebido sus lágrimas
y he sentido sus besos.
El niño muerto vivía solo
no importa que sitio
si había frío, calor,
hambre…miedo.
tan solo sé que era un
niño muerto.
Muerto y solo. A su padre
lo mató la rabia
su madre se adentró en la
raíz de un árbol
sus hermanos estaban
muertos con él
su alrededor carecía de
los cinco sentidos.
Lo vi morir y me senté a
su lado,
cayó como si no cayera,
sólo había aire en su
alma,
y se quedó gestante
esperando nacer.
Había girado tanto sin ver
el horizonte
que sus ojos quedaron
prendidos en la luna
sus manos coronaron un
rosario de estrellas
su boca vomitó la hiel de
los horrores
y le descansó el vientre
de no hacer digestiones.
Me fui de aquella muerte
para ver a otro niño girar
sobre si mismo.
En mis manos un cigarrillo
y una bebida light…