Poema de Marlene Denis
bajo nuestra piel.
Es imposible tatuar sus nombres en una lápida
cuando nunca han marchado
o reconocemos su olor en los rincones
y en los
espacios del misterio.
Esta noche alguno me negará tres veces
y casi dos mil
hasta verme tinto en sangre
sobre la piedra que levantó
para el sacrificio
de los fieles.
No podré reconquistar el paraíso
si me aman con el corazón terrible del cianuro.
No puedo lanzarme al sol
como un horizonte repleto de leyes.
Vengo con el INRI a cuestas
con el párpado roto
y el alma en la
mochila.
De “Al filo de la fe”