Poema
de Concha Gorostiza
que cruenta
se ha desatado en mi seno.
Marinero no te asustes
yo te protejo
en mis olas te cobijo.
Marinero, yo te quiero,
te quiero a pesar
de que a unos pocos
me los tuve que llevar.
Lo hice, lo hago porque les quiero
y es de la única manera
que entregados les pueda amar.
Se quedan en mis entrañas,
en lo profundo del mar
y si devuelvo algún cuerpo,
es porque a sus hijos
no les puedo ver llorar.
La mar es tu amiga,
compañera en tu vida,
te sigo siendo fiel.
¿Tu lo eres amigo, me lo eres,
me olvidas, me detestas,
me insultas o me besas?
Sí me besas, besos que tus labios me dan
cuando la espuma rumorosa.
los roza ansiosa,
y en ellos queda mi sal.
Marinero, cuando la plateada luna
te da luz en esas noches que alumbra como sol,
oigo tus cantos alegres y me llega mucho amor.
Marinero te quiero tanto…
son tus voces los murmullos
que casados con mis voces
parecen suaves susurros
de ignotas lejanías llegados.
Marinero, mis otros vástagos
que sacrificados te ofrecen con sus vidas
de tu familia el sostén,
escuchan también tus cantos
y se sonríen felices, sabiendo que cuando
cantas
no es para tirarles la red
arrancando la existencia asimismo de su prole.
Marinero, me perteneces, te pertenezco
Y así será hasta que yo te pueda dar de comer.
¿Entonces me seguirás siendo fiel?
Dedicado
a Rafael Alberti.