Poema de J.pellicer
Flor que te inventas cada día,
haciéndote esperar…
que llegas envuelta
en mágica y bella danza
con el beso del rocío
regalando mimos para los ojos
y caricias para el alma;
miedo a perderte en la confusión del día,
gozo de saberte, de nuevo,
cosida a cada amanecer.
Son los corazones enamorados
prisioneros de tanta belleza
dejándose morir, como aquél primer día,
en las suaves alas de las mariposas;
aleteos de silencios
tras estelas de pasión.
Pequeño gran detalle,
verte y no verte:
sentirte y no poder poseerte.