Poema de María Sánchez
tan
solo por una caricia de sus manos.
Lloro
sus besos agrios
y el
roce de dos cuerpos ermitaños.
Tan
solo por coincidir en una mirada
que el
desprecio las hace volar
por el
espacio sin límites… sin ser amado.
Bebo
con el olvido en dos pechos salvajes
y
reclino mi cabeza en la penumbra de la soledad,
Y a
veces… solo a veces,
sigo
sacando mis lágrimas a la intemperie,
llamo
al recuerdo sangrante
y sigo
preguntando:
¿Por
qué?...¿Por qué?...
Pero,
de acero tengo las lágrimas
que se
consumen en los ojos y no corren
porque
no encuentran su cauce.
Tengo
dolor de ser feliz
y vivo
la felicidad de otros.
Ocultar
que le sigo llamando
es
mentirle al tiempo y olvidar la existencia
del
amor que un día se compartió.
Por
eso…Soy y no soy,
y aun
así, tengo y no tengo
porque
quiero y no puedo.
Quizás,
porque fue ego la libertad.
Quizás,
porque en sus manos,
fue
un juguete mis sueños.
¿Por
qué?...¿Por qué?...
Y al
compás del tiempo
mi
corazón sigue latiendo
el
perfume y los deseos.