Poema de Ana María Catalá
cuando la luna orgullosa alumbraba el firmamento
y sus rayos luminosos que entraban por mi ventana,
me servían de candelabro posados en mi escritorio.
Escribí este poema en una noche sin sueño
y aunque la noche era hermosa,
también fue noche de duelo para mi corazón roto,
que lloraba por la ausencia de un amor que duró poco.
Vino la musa a buscarme, a remover mis adentros,
proporcionando a mi pluma ideas y pensamientos
que yo volqué en mis cuartillas formando rimas y versos,
se coló en mi corazón, liberó a mis sentimientos,
y mis secretos de amores quedaron al descubierto.
Escribí este poema en una noche sin sueño
y lo dediqué a la luna, que alumbraba mis desvelos.
De amor, dice la luna, hazme un poema,
para que el sol lo lea cuando amanezca.
No hay amor, más imposible que el nuestro,
cuando él se despierta, yo estoy durmiendo.
De amor, dice la luna, hazme un poema,
para que el sol lo lea cuando yo duerma.