Concha García de los Arcos |
Relato corto de Concha García de los
Arcos
En
mi ciudad, allá donde el Sur se hace Norte, todos los días el Sol se sumerge
lentamente en las aguas del mar como una doncella temerosa y púdica. Su amarilla
y roja cabellera desplegada al infinito tiñe el azul de violetas, naranjas y
verdes en una orgía de sensaciones que paralizan el pensamiento y solo permiten
sentir.
Destellos
y colores explosionan en un telón de fondo donde las gaviotas -saetas certeras-
horadan las ondas presurosas por agotar las últimas claridades.
La
lenta caída del día, el avance del oscuro oriente apoderándose del espacio, el
encendido de las estrellas y de los faros, presencia protectora de los sueños
de infancia. Espectáculo irrepetible y repetido.
Regalo
gratuito que creíamos inamovible de nuestra cotidianeidad y sin embargo…
Hoy,
tan lejos.