David Fernández Rivera |
El escritor vigués ofreció un Taller
de Poesía Visual y su espectáculo “Fractal”
Entre
los días 10 y 13 de marzo el poeta y dramaturgo vigués, David Fernández Rivera, visitó por tercera vez la ciudad alicantina
de Orihuela para realizar una serie de actividades literarias y educativas.
Concretamente,
y a través de la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Orihuela, ofreció
un taller de poesía visual bajo el título “Caligrama 2000” en diferentes
colegios del municipio. David Fernández Rivera comenzó a diseñar este taller
después de sus primeros estudios e investigaciones pedagógicas hace siete años.
Desde entonces, el poeta ha visitado diferentes aulas en España y en el
extranjero.
Este
proyecto hace especial énfasis en el diálogo y el descubrimiento con la
voluntad de llevar un mundo tan especial como el de la creación poética a los
más pequeños. David Fernández Rivera considera imprescindible una educación que
forje herramientas en los alumnos para disfrutar de todo tipo de manifestación
artística en plena libertad.
Con
motivo de su visita al municipio alicantino, David Fernández Rivera participó con
un recital de poesía y música en la Biblioteca Municipal María Moliner, dentro
del marco de la conferencia “Mis recuerdos de Orihuela, de la mano de Josefina
Manresa”, a cargo del prestigioso hispanista italiano Grabriele Morelli, en un
acto que organizó la Fundación Cultural Miguel Hernández y la Cátedra Miguel
Hernández (UMH) junto a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Orihuela.
El evento estuvo presentado por el director de la Fundación Miguel
Hernández, Aitor L. Larrabide.
El
domingo día 13, la Casa de la Música de Redován acogió la última actividad de
la visita, en este caso la presentación del espectáculo de poesía y música
“Fractal”. Este concierto recital con una fuerte carga interpretativa y fomento
del diálogo, busca en una suerte de oleaje entre sonido y poesía, crear una
poesía que se entienda desde el estímulo y no desde la razón.
Junto
al vigués estuvo el pianista Fernando
Jericó, quien acompañó al poeta musicalmente con la voluntad de crear la
atmósfera y el color necesarios para el disfrute sensorial de esta comunicación
lírica.