Poema de Antonio Vaqué
Eres aún para mí, una
mujer sin rostro
que en mis sueños
permaneces reflejada,
envuelta por un manto que
oculta tu cara
vedando me llegue el
brillo de tus ojos
tu dulce sonrisa de mujer
iluminada.
Aunque seas en mí, mujer
sin rostro,
aunque no llegue el calor
de tu mirada
el aire me trae el aroma
de tu fragancia
tiernos sentimientos que
se desatan
provocando el calor que
llega a mi alma
A lo lejos, entre la
oscuridad, llego a ver
una intensa luz que da
forma a tu cara,
ilumina las oscuras sombra
de mí alma,
entonces sé que eres tú,
mujer sin rostro,
quien a lo lejos en mis
sueños me llamas.