Pictograma
Dame tu verbo impredecible,
Dame tu verbo impredecible,
sin códigos.
Esbózame el deseo
sin sombras,
en un pictograma visible.
Mientras mi mirada implacable
sin atisbos,
desdibuja tu cuerpo
sin grietas,
en un amanecer silente.
en un amanecer silente.
Insomnio
Insomnio, centinela que, latente,
me muestra la crueldad de secas madrugadas;
de las horas inmersas en el tiempo,
de la luna transida y sin espacios.
Fatídico reloj de agujas quietas,
de oníricos espectros sin retorno.
Conjuro de sigilo indolente,
que escatima la luz de mi mirada,
atemporales huellas que me aturden.
La soledad desnuda me aglutina,
mi deshielo carnal entre las sábanas.
Construyendo quimeras de carbón,
voy trazando los gélidos albores
con la esperanza grácil de que al fin,
quiebren tantos visillos sin palabras.
Falaz
Se vistió sin mirar hacia el espejo gris,
las sombras de la noche, a
golpes la miraban
y tras los escondidos
silencios, recordó
el vagar de sus pasos
entre tanta memoria.
Nunca el cristal la quiso,
nunca besó su sien,
por eso con su puño
quebró la farsa inútil que
oculta la verdad.
Abismo
Nube ceniza, espesa,
Abismo
Nube ceniza, espesa,
ocultando la luz de las
distancias.
En la playa desértica y
tan ajena,
no calculo las aguas del
intrépido mar
que me viran en un
tránsito estéril,
-no es cómplice en mi
orilla-.
La oquedad de la fuga
aplasta mi
imaginaria visión,
sucumbiendo en olvido,
cual cautiva de sal,
en este inmenso abismo.