Poema de Francisco Bellido de Sant Feliu
Donde
en paz descansa mi linaje, apacible.
Ellos,
te amaron con ternura indescriptible.
A
ti, mi patria te agradezco mi amor profundo.
Eres
mi Sefarad, como una bella doncella.
Eres
mi bello y dulce jardín de mi alma
Eres
el dulce y bello jardín de mi infancia.
Tu
luz me guía, como si fueras mi estrella.
Amada
Sefarad, hermosas son tus ciudades,
Tus
Sinagogas y plazas y sus altivas mujeres,
Sus
bailes, cantares, la comida y sus placeres.
Hermosa
Sefarad, cuando llegue mi noche,
Quiero
que me dejen a los pies de tu olivo,
Para
que pueda sentirme, eternamente vivo,
Sintiendo
tu abrazo amoroso, con derroche.