El delegado en la
Zona Sureste entregó el diploma en nombre del presidente nacional de la Unión
La distinción de Miembro de Honor es una de las tres
distinciones más importantes que concede la Unión Nacional de Escritores de
España, junto con la Medalla de San Isidoro de Sevilla y el Escudo de
Oro.
El acto comenzó a la hora prevista con la bienvenida por
parte del Delegado Regional Juan A.
Pellicer quien, tras saludar a los asistentes y agradeciendo a la
directiva del Casino de Cartagena por su favorable disposición y colaboración
en este tipo de eventos, tuvo unas palabras a través de las cuales ubicó el
marco y significación de este nombramiento. Señalando su doble alegría y
satisfacción por tal hecho dado que además de reconocer y valorar la
trayectoria personal y literaria de la homenajeada, de alguna manera “este
reconocimiento nos congratula y emociona por lo que supone para la Delegación
Sureste que por cuarto año consecutivo (2014 entrega de Medalla de San Isidoro
de Sevilla; 2015 y 2016 entregas de Escudos de Oro respectivamente) otro de sus
miembros sea distinguido. Una satisfacción compartida por todos los asociados
de nuestro colectivo”, dijo. Finalizando su intervención y parafraseando al
filósofo subrayó el sentido y trabajo que viene realizando la Delegación
Sureste desde la “sencillez y naturalidad como supremo y último fin de la
cultura”.
Presentando y dando paso a continuación a la escritora y poeta Paqui Martínez Merinós, quién ejerció como maestra de ceremonias. La escritora comenzó su intervención agradeciendo a la UNEE así como al Delegado Regional por haberla propuesto para tan “grata tarea”, así como al público asistente y a la dirección del Casino. A continuación y como preludio a su intervención comenzó con estos versos de la homenajeada extraídos de su primer libro “Anclado en tu silencio”: “El silencio y yo/ aprendemos/ mutuamente/ con un libro. Un libro/ es el maestro/ que nunca se jubila”.
Trayectoria literaria
Martínez Merinós prosiguió su intervención felicitando a su amiga Rosa García Oliver “por esta distinción que no hace –dice- sino reconocer tu trayectoria literaria así como la difusión que siempre has dado a la misma. Ya que con tus versos y narrativa como equipaje no dudas en hacer brillar tu estrella en el lugar que te requieran o que te lleve el destino”.
La maestra de ceremonias hizo un recorrido por la “amistad y complicidad” que hubo entre ellas en “aquellos años de versos tímidos”, donde se presentaban juntas a recitar sus poemas. Destacó el carácter “propio y único” de García Oliver, “sin dejar de ser ella misma”. Juntas ha recorrido muchos lugares, participado en numerosos actos contando para sí muchas anécdotas y recuerdos, siendo por todo ello para ella este acto, según expresó, un “motivo de placer y orgullo”.
Posteriormente reseñó algunos de los datos más importantes de la extensa biografía literaria de García Oliver. Así, dijo que la dedicación de la homenajeada por la escritura nació por el año 1988, y desde entonces hasta ahora su andadura ha sido constante. Cuenta en su haber con cuatro libros publicados. 16 premios de poesía. Ha sido organizadora y coordinadora de varios eventos literarios, destacando entre los méritos de la escritora la Medalla de la OTAN por su trabajo en zona de Guerra, Afganistán, del que nace precisamente su libro “Bajo el cielo de Qala i Naw” y que quedó finalista en la edición de 2015 del Libro Murciano del año”.
A lo largo de su intervención Martínez Merinós fue desgranando y extrayendo versos de algunos poemas de la homenajeada de algunos de sus libros.
Finalizó felicitando de nuevo a su amiga y compañera resaltando sus facetas de “mujer, poeta, madre, trabajadora, consuelo del triste, fuerza para el afligido y a la vez suave bailarina y poeta o rompedora bailaora y poeta, y si hay que marcharse, nos marchamos porque si nos equivocamos es que vivimos y los poetas también vivimos y bailamos”.
Tras la intervención de Paqui Martínez tomó de nuevo la palabra el delegado para hacer entrega del diploma correspondiente como Miembro de Honor a Rosa García Oliver, quién emocionada lo recibió.
Agradecimiento
Seguidamente fue el turno de García Oliver quién quiso en primer lugar dejar constancia de su agradecimiento al presidente nacional de la UNEE Juan Carlos Heredia por haberle otorgado este reconocimiento, agradecimiento que quiso hacer extensivo tanto a Juan A. Pellicer, delegado regional, como a Paqui Martínez.
Quiso tras los agradecimientos comenzar su intervención con unos versos de Virginia Woolf de 1929: “Una mujer debe de tener dinero/y una habitación propia/si va a escribir ficción”. Queriendo exponer con ello las dificultades de aquellas épocas de las mujeres para consagrarse en la escritura, en un mundo dominado por los hombres. Hoy en día nuestra homenajeada reconoce sentirse afortunada por gozar de la libertad de poder escribir a cara descubierta.
Reconoció la autora que para ella “no ha resultado ni resulta fácil el hecho de escribir” aunque si se acuesta y se levanta “pensando en escribir”, dado que su faceta la ha tenido que “compaginar con su trabajo”.
A continuación comenzó el turno de los compañeros de la UNEE que habían solicitado participar en el acto: Fernando da Casa, María Luisa Carrión, Jero Crespí y Juan A. Pellicer quién leyó unas letras en nombre de Cristina Roda que por razones de trabajo finalmente no pudo asistir. Dejando de manifiesto todos ellos su alegría y afecto trasladando a la homenajeada sus felicitaciones.
Tras la intervención de los escritores y poetas de la Delegación, de nuevo quiso tomar la palabra la homenajeada, ahora de manera más breve, para cerrar su discurso con unos versos de su último libro “No hay llaves que cierren mis ojos”: ¡Dejad que ruja mi alma,/dejadla rugir,/dejadla”.
Tras la intervención de la escritora tomó la palabra el delegado quién reiterando el agradecimiento a los asistentes y participantes, así como felicitando de nuevo a Rosa García, clausuró el acto no sin informar e invitar, como viene siendo habitual, al próximo evento.