Poema de Adrián Ureña
Soledad inmensa, búsqueda de mí.
Expectante frente a mis pensamientos,
Melancólica sintonía más allá de un triste atardecer,
Gris y amenazante.
Intento del viento borrando mis anhelos,
Una vez más miro el papel
Para escribir versos que nunca
Llegarán a ser.
Brisa suave, retozan mis cabellos en
Las alturas, alturas de mis
Sentimientos pobres de inspiración.
Silencio que invade el alma mientras
Recorro el infructuoso sendero.
Poco a poco oscurece, como una
Vela en medio del tupido bosque,
Luchando por mantenerse viva bajo
La fina lluvia.
Diminutas gotas que todo lo bañan,
Recorren mis mejillas mezclándose
Con mis silenciosos ojos cansados,
Vacíos y rotos.
Queriendo hablar pero sin hablar,
Transmitiendo sin transmitir,
Un acumulo de incesantes preguntas
Sin respuestas.
Estalactita resinosa, muda, sorda y
Ciega que se aferra en mí para nacer
Y no nacer.
Seguiré aquí sentado expectante,
Formando parte de todo y nada,
Siendo un silencio más que pasa.
Expectante frente a mis pensamientos,
Melancólica sintonía más allá de un triste atardecer,
Gris y amenazante.
Intento del viento borrando mis anhelos,
Una vez más miro el papel
Para escribir versos que nunca
Llegarán a ser.
Brisa suave, retozan mis cabellos en
Las alturas, alturas de mis
Sentimientos pobres de inspiración.
Silencio que invade el alma mientras
Recorro el infructuoso sendero.
Poco a poco oscurece, como una
Vela en medio del tupido bosque,
Luchando por mantenerse viva bajo
La fina lluvia.
Diminutas gotas que todo lo bañan,
Recorren mis mejillas mezclándose
Con mis silenciosos ojos cansados,
Vacíos y rotos.
Queriendo hablar pero sin hablar,
Transmitiendo sin transmitir,
Un acumulo de incesantes preguntas
Sin respuestas.
Estalactita resinosa, muda, sorda y
Ciega que se aferra en mí para nacer
Y no nacer.
Seguiré aquí sentado expectante,
Formando parte de todo y nada,
Siendo un silencio más que pasa.
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