Instrucciones para escribir un soneto
Es difícil hacer un buen soneto,
casi nunca te sale a la primera.
Su ritmo debe ser constante y quieto,
su acento, musical de primavera.
Inaugura con el primer cuarteto
el tema que te sirve de bandera.
Desarrolla en el próximo el objeto
del ascua incandescente de tu hoguera.
Los tercetos insisten en la historia
que relata el cuarteto precedente.
El primero formula reflexiones.
El segundo describe la victoria
de un giro ingenioso y sorprendente,
que atraviesa blindados corazones.
Tu pronombre, mi sujeto
Quisiera retener en la memoria
la historia y el origen de tus gestos,
y lentos contemplarlos predispuestos
a cruzar nuestra línea divisoria.
Quisiera contemplarme en tus pupilas
abrirte en dos partes mi costado,
si en tu mirada atenta me fusilas.
Quisiera detenerme yo en tu pecho,
y soñar, abrazado a tus latidos,
convertir tu pronombre en mi sujeto.
Quisiera hacerme eterno en nuestro lecho,
remendar los pecados cometidos,
y amarte en la prisión de mi soneto.
Los primos
Los primos son la puerta de la infancia
nos traen su recuerdo ya lejano,
comparten con nosotros la fragancia
que devuelve el pasado a nuestra mano.
Ilumina su sola azul sustancia
lo sagrado de nuestro ser profano,
nos llaman desde el tiempo y la distancia
a jugar en las tardes de verano.
Y aunque pasen los años derrapando
reímos bajo el sol de lo vivido,
cada vez que podemos encontrarnos.
Hay un niño que saluda sollozando
desde campos y mares del olvido,
cada vez que volvemos a alejarnos.
Autobío
Empecé a escribir de adolescente.
El amor juvenil me lo pedía.
Germinaban de mi alma como fuente
los versos de mi lega poesía.
El amor de mi vida como un puente
enlazó la escritura al alma mía,
su beso como espada incandescente
rasgaba todo cuanto yo escribía.
Retomé tras los pasos de un amigo,
soliloquios regados por tinteros
que a diario vacío en mi cuaderno.
Mis palabras escritas son testigo:
seguiré recorriendo estos senderos
y en ellas viviré mi sueño eterno.
Salmo
El cielo aclama la obra del Señor,
el cosmos loa el fruto de sus manos,
los días hacen fiestas cual gitanos,
las noches cantan coplas a su autor.
El mundo se confiesa su deudor.
Los himnos de su voz son artesanos,
los frutos y animales son hermanos
que ensalzan la bondad del creador.
No tienen libertad ni la desean,
no sufren el impulso de esconderse
como aquel pobre Adán que se escondió.
No temen, con la vida se tutean,
no vienen a estos versos a dolerse,
como aquel pobre Adán me encuentro yo.
Guerra civil
En mi cuerpo se libra un gran combate
soy autor de una guerra de guerrillas,
en la carne de mi alma guardo astillas
clavadas en los tiempos sin rescate.
Cada día opongo resistencia
soy también el ejército enemigo.
¡Quién pudiera librarme del castigo
de vivir abrazado a esta dolencia!
Por un lado José Ángel me persigue,
huye el pobre José Ángel perseguido,
lo contempla José Ángel aterrado.
Y buscando José Ángel quien le abrigue,
solo encuentra consuelo a su gemido,
refugiado en Su llaga del costado.
Oración
Escribo en estas líneas memoriales
del paso de tu mano salvadora
y traigo a mis desiertos y arenales
las aguas de las lluvias de otra hora.
Resurge de las aguas bautismales
el niño de mi fe que en llanto implora
que regreses allende los mortales
y rompas Tú mi noche con tu aurora.
Extraño aquel seguirte en el desierto,
cuando siempre vivías cabe mí
haciendo de mi cuerpo tu Sagrario.
Tú sabes hortelano de este huerto,
que si vivo alejado yo de ti
del llanto y de la pena presidiario.
La noche
Es de noche y comienza la mañana,
yace en ruinas lo que antes fue presagio,
sólo quedan los restos del naufragio
cuando suena en la torre la campana.
Es de noche a las diez de la mañana
de la muerte el reloj es vil prefacio,
las horas de este día van despacio,
este día ya dura una semana.
Es de noche y ya llega el medio día,
sigo solo en mitad de la existencia
componiendo un soneto malogrado.
Por la tarde es de noche todavía,
no estoy solo paseo con tu ausencia,
voy pisando las huellas que has dejado.
Es una cosa extraña ser poeta
A Miguel D'Ors
Poeta es un oficio doloroso:
te atacan los dolores de la gente,
te arañan en el alma y en la frente,
te arrastran como un río caudaloso.
Poeta es un oficio peligroso:
la musa te dispara indiferente,
sus versos te apuñalan en la mente
con lo extraño, lo simple o lo azaroso.
Se trata de correr como un infante,
se trata de seguir al dios Cupido,
se trata de expresar la plenitud.
Se trata de morir en cada instante,
se trata de escaparse del olvido,
se trata de abrazar la finitud.
Las maletas
Aeropuertos hay grandes y chiquitos
mas todos están llenos de maletas
de todos los colores, y coquetas,
de todas las comarcas y distritos.
Algunas van repletas de delitos,
y otras son expertas en rabietas.
Las hay que parecen dos muletas,
y ciertas sueñan sueños infinitos.
Las mece el encuentro con la amada,
la ilusión de unas nuevas vacaciones,
o el tedio del que vuelve por trabajo.
Anónima, y por todas rodeada,
mi maleta desfila en los aviones
del destino, que un día a mi te trajo.
Tu vientre
A Miguel Hernández
Solo en tu vientre,
hay un gran mundo.
Todo tu vientre,
bendito y puro,
cristal grabado,
luz del futuro.
Todo tu vientre,
dulce y maduro.
Todo tu vientre,
blanco preludio.
Solo tu vientre,
dios demiurgo.
Todo tu vientre
de amor diluvio.
En el parque
Había un río custodiado por bellos y altos árboles,
había cisnes disfrutando de la tranquilidad del cauce,
había familias que se amaban sin prisas,
había niños sonrientes aprovechando la ausencia de su yo adulto,
había madera, habitada por aves antaño, y que ahora está poblada por sus sueños,
había una alfombra de nieve de otoño que amortiguaba sus caídas,
había bichillos sumisos a sus manos como la dulzura a sus rostros,
había torres y castillos y pasadizos secretos invisibles a nuestros ojos oxidados,
había un sol que se retiraba ofreciéndonos el ósculo del crepúsculo,
había un anciano, que como intentando recuperar su juventud, contemplaba el paisaje.
Pero vosotros jugabais juntos,
y nada de eso existía.
El cadáver del lenguaje
Del cadáver del lenguaje
juego a hacerte una poesía,
yo no sé de donde viene
ni siquiera sé si es mía.
Muchos antes la escribieron
ya no existe la escritura,
y si piensan que les miento
es que no aman la lectura.
Del cadáver del lenguaje
juego a hacerte una poesía,
yo no sé de donde viene
ni siquiera sé si es mía.