Tal vez
Tal vez seas la
fiel amante
que nunca tuviste
un capricho
de mis manos;
la fiel amiga
que no vio
obstáculos
en dejarse tocar
por mis dedos con
dulzura.
Violar tu intimidad
de madrugada
sin un reproche;
sacar de mí lo
infame
igual que lo
divino.
Tal vez seas la
amada rima
que mi alma
esconde;
la voz del susurro
errante
que te dejas guiar
por mis caminos
torpes.
Llevarte al lecho
blanco
donde correr tu
sangre
por mis antojos;
seda
que me deja ahíto
de placer
cuando te uso en
cada renglón
de mis vivencias.
Tal vez seas
aquella
que no quisieron
otros,
mas yo te quise;
mi amor fue siempre
justo
el necesario para
vibrar
aun solo un minuto
juntos.
Tu cuerpo de laca
china,
tu tacto del cielo
mismo;
tu voz… la de mi
alma.
¡Mi amada pluma!
Mi fiel testigo.
© Trazas de Otoño (2019)
Aroma de amor
Luce el alma sin sentido
del utópico momento.
Dulce aroma de naranja
despertar de sentimientos
Luna blanca noche oscura.
Cielo límpido y extraño
como música un suspiro
rompe y ruge como antaño.
Dame tus labios floridos
de una noche embriagadora.
Sal de ti y entra en mi cuerpo
brujo amor que me enamora.
Sigue brillando en mi esencia
luce tu luz en mi ahora;
llévame junto a tu sueño
a despertar en la aurora.
Cierra conmigo la puerta
de soledad infinita:
prende en mi corazón presta
tu boca roja exquisita.
Todo
Todo se abrió en tu luz,
cuando mis ojos te vieron por primera vez;
en el albor de la mañana
se enamoraron hasta el alma.
Todo, simplemente, ardió
en el fuego del amor
cuando tus ojos me miraron
esa primera vez.
Todo llegó a mi alma
en el mismo momento
que mi corazón escuchó tu nombre,
y se llenó de verdad la esperanza
que anhelaba mi andar errante.
Todo se convirtió en aurora,
cuando al amanecer junto a ti
los besos se blandieron cual espadas,
labio con labio,
hasta fundirse como acero
en el fuego de nuestras pasiones.
Todo llegó a ser como atardecer
nunca vista por ojo humano
y sobrevenido sobre el espíritu ardiente
de nuestros corazones embriagados
de besos anhelantes de amor.
Todo surgió esa noche:
una noche que, más que noche,
fue el despertar de una aurora
que, ahíta de pasión, se entregó al alba
para, con los ojos cerrados,
sencillamente decir…
¡Te amo!
No sé si decírtelo
pero llevo cielos nublados queriendo
hacerte rayo de sol;
olas de blanca espuma queriendo
hacerte arena tibia de septiembre.
Silencio...
Tras los ojos dormitaba
la imagen escuálida de su verdad;
el tiempo había logrado que su realidad
se desvaneciera en un sopor de imágenes desvaídas
que contrastaban con aquel certero colorido
que pintó un día su alma, su corazón.
El gris teñía un presente sin remedio.
Lloró sin lágrimas,
porque no acudieron al ladrido impertinente
del fracaso que anidó con vehemencia
en su ahora.
Silencio...,
dos pasos...,
y en el banco del parque dejó su alma
en el asiento de la vida.
El mendigo
Silueta de la noche.
el fracaso del amor.
Evocación
(Recuerdos de la Alhambra)
¡Suena guitarra..! ¡Suena!
Baila en mi mente la
locura de esa nota caprichosa
que me envuelve en suaves
toques de seda,
en vaporosa imagen de nostalgias...
Aquel que te compuso
en su capricho, buscó
complicidad en un corazón gemelo,
que al escuchar la nota caprichosa
le de albergue
presuroso en sus anhelos.
Dulce sensación
que roza mi labio tembloroso;
latidos...
que golpean en mi pecho,
llamando a la puerta
de gozo inenarrable,
casi utópico...
Siento miedo de perderlo...
para siempre...
Agudos que se clavan muy adentro;
acordes que te sacian el amor.
Arpegios, añoranza del pasado,
que evocan ese tiempo que se fue...
Traídos por las yemas de una mano
que arrancan con enérgica figuras
la sombra del querer...
y el no querer.
Capaz de ensimismarse con la cuerda,
con trémolo infinito en su dulzura,
capaz de darle vida a quien te escucha,
capaz de dar la muerte en un recuerdo,
Recuerdos de la Alhambra...
de una vida,
que llena el firmamento en un segundo,
capaz de amar y amar aún para siempre…
Tal es la soledad que suena a música...
Así suena la música…
…cuando estás solo.
Sultana mora
La luna sultana mora,
Te has ido... ¡ya no te encuentro!
Querer querer
Qué duro es querer querer
y no encontrar quién quiera
querer querer como yo quiero
y necesito querer...
Porque no todo querer
es el querer que coincide
con el querer que uno quiere
que lo quieran...
Así de sencillo...
Crees que crees que te quieren
como tú quieres
y cuando menos lo esperas
te desquieren,
como si unas horas borraran siglos de amor escondido
y querer queriendo hasta el extremo...
Qué negocio imposible de entender...
este del querer querer
y nunca llegar a ser querido.
Inalcanzable
Te juro que aquella tarde,
te vi sin verte;
te juro que aquella tarde,
soñé tenerte.
Te juro que aquella tarde,
roce tu labio,
y, ante tu dulce mirada,
tembló mi mano.
Te juro que aquella tarde
besé tu sombra;
la calidez de tu boca
llenó mi alcoba.
Te juro que aquella tarde,
perdí el sentido;
fue el anhelo de tu ser
mi fiel destino.
Te juro que aquella tarde
no sé a que supo;
fue incierto tu sabor,
de inalcanzable humo.
Yo voy volando
por ese cielo
donde tu amor
resulta un sueño,
donde quererte
resulta triste,
donde tenerte…
¡Es ser ingenuo!
Tan solo amo
lo inalcanzable,
Y quiero solo
lo imposible;
y vivo intenso…
lo que no tengo;
y muero por vivir...
¡Lo que no vivo!