Actor de comedia

Texto de Ricardo Asín Peral

¿Cómo van a esperar que no me guste Twitter? Si me encanta España. Me encanta ver de lejos España. Y no hay nada que de más perspectiva que ver las cosas desde arriba. ¿Y qué es Twitter? Es donde la gente se viene arribisima. Twitter es donde la gente opina. Y la gente sabe de todo. Son virólogos, epidemiologistas (o como se diga), expertos políticos… Todologos forjados en la universidad de la vida. ¿Y como no van a serlo? Si a día de hoy España sigue siendo el vivo retrato del Lazarillo de Tormes. ¿Lo habéis leído? El que escribe es un crack. Es un cabrón. Hace una de putadas... Y te descojonas. Y es que el cabrón encima lo escribe todo en una carta que publica cuando ocupa un cargo en la iglesia. Después encima de que haya rumores por el pueblo de que se están follando a la que es su esposa. Es maravilloso. Es lo que sigue pasando hoy en día. Pero sin televisión ni smartphones. Por eso el cabrón escribe una carta pública. Confiesa sus innumerables putadas y acusa a aquellos que le hicieron otras tantas. El padre ladrón, la madre puta… Si es que desde que nació estaba destinado al Show. Se intenta hacer la víctima pero, capullo, eras un cabrón que aprendió de otros cabrones. Y el karma se equilibra.

Pero lo mejor de todo es que ese cabrón invento Twitter. Lanzó un hilo de salseo y morbo del que él era protagonista y lo público en el muro del pueblo. Con dos cojones. Ole tu polla morena, hermano. Dicen que es el epítome de la picaresca. Epítome no tiene nada que ver con pene. Si no sabéis lo que es buscarlo en Google, a mi tampoco me queda claro pero suena super cool. Porque yo leo, bueno leí. Y ya a partir de ahí tiré millas. (el vivo retrato de Españita)

Pero vamos que la cosa es que sacas esa historia del Lazarillo fuera. Y la gente dice: "Bua, la representación social de la época es buenísima, sabe tratar la prosa con respeto pero suena soez en muchos momentos, la crueldad está bien llevada y la crítica es, en ocasiones, enfermiza".

Vamos a ver señores, yo no soy ningún experto de hecho de ser algo yo sería “desexperto” porque mi formación es la justa, pero me invento palabras para dejar constancia de que, como todos aquí, se inventar. Que en España la cosa es así. Desde siempre. Que aquí no somos inteligentes. Somos listos. Que aquí, que la Iglesia este metida en escándalos escabrosos es un puto meme. Que cojones representación de la época ni que mierdas. Lo que pasa aquí. Todos los días. Que un mindundi que no ha trabajado en su vida. Escribe lo que piensa con su smartphone y lo llama noticia. Que todo lo que suena bonito y debería serlo acaba siendo soez y cruel y grosero. Por que la honra no da de comer, pero si no te pillan todo está permitido. Que mentimos en redes como deporte nacional para que nos oigan y nos sigan, dándonos crédito porque nadie de la vida real nos lo da. Que sentimos la necesidad de aguantar las putadas que nos hagan porque así tenemos una excusa para actuar mal, sin perder nuestra super superioridad moral y sentirnos así como el puto karma. Y, como hizo ese puto Lazarillo, después de comer mierda durante años, sentarnos en un despacho y decir pues voy a escribir mi vida ahora que tengo dinero en el banco. Porque ser bueno no está pagado, pero fingir serlo... Bua, demasiado.

Por eso vivo en una comedia. Es todo una comedia producida por el karma y dirigida por Dios. Bueno. Sus representados. Porque el no baja nunca aquí. "¿Pa' que?" ¿Sabéis? O sea, piénsalo: Como Dios, has puesto ahí a los actores para tu comedia porque te apetecía que disfrutaran.  Y en vez de eso se han puesto a darse tiros, a reventar los escenarios y a comer cosas que tú habías puesto ahí de atrezo. Y lo que piensas es que el proyecto igual no importaba tanto. Porque de ahí el único que vale es el karma y ni siquiera sabes a quien está pagando. Pero él, como productor, se las ha ingeniado para contratar de guionista al demonio. Porque él no pasa, se interesa, de aquella manera, pero se interesa. Y puede que sea un cabrón pero al menos está ahí. Y que cojones que te echas risas con sus movidas. Porque es rebuscado y concienzudo y siempre encuentra la forma de hacer que el productor sea protagonista. Porque no iba a serlo Dios, despues encima de que lo echara de su lado por no soportar su risa. Y ahí está el demoño haciendo reir al karma y dejándole actuar en escenas en las que castiga al que no sigue la trama. Y qué coño, que paga. El karma siempre paga y nunca pide nada. Si es que al final va a ser el más listo. Puto señor oscuro. Bien visto porque  tarde o temprano te acabará ayudando a dirigir tu propio proyecto con casinos y furcias. Porque tus guiones están ayudándole a sacar el proyecto adelante. Pensadlo bien si todos hiciéramos caso al que no nos lo hace. ¿Qué pintaría aquí el karma? Nada. Y si nadie paga. ¿Qué carajo estamos haciendo?

Así que ahí estamos los que nos leemos los guiones e intentamos jugar nuestro papel pero claro somos extras y habiendo en plató tanto divo, tanta divina, tanto todólogo, tanto protagonista, pues tú ahí estás... Identificándote con Ryan Reynolds en Free Man. Que ni eres Ryan Reynolds ni vives en un videojuego. Pero te parece una idea mejor. Porque en el hastío de ser un extra. Consigues escapar de la mierda a través de juegos en los que siempre eres el protagonista. Porque gritar al guionista de nada sirve, pero hacer lo que dice hasta que acabe y pirarte es muy profesional. Y eso le mola.

Es la película de risa dentro de la película de risa. Origen. Pero mal. Y sigues siendo tu peor, en tu papel, que Ryan en el suyo, pero Ryan en tu película no es un extra. Ryan es rico, guapo, tiene carisma, tiene cuerpazo, y ¿habéis visto a su mujer? Mae' mia cómo está la Blake. Y volvemos a la risa. Porque dices: ¿cómo cojones se va a fijar en esta obra en mi el director si por lo pronto ni habla con nosotros ni nos presta atención? Pero, de hacerlo, está claro que no se fijaría en ti. Porque para qué va hacer caso a alguien que no protagoniza. Es entonces cuando te fijas en el nombre al final de tu guión, y ese cabrón si que está en plató y te fijas en quién se fija, y no se fija en el director sino en el que paga. Y claro ¿que piensas tú? Pues voy a fijarme en el que paga. Y lo ves. Ves que paga. Tarda. Mucho. Pero paga. Y confías en que un día llegará y te pagará porque llevas viéndolo en plató toda la vida y no distingue entre extras y protagonistas, a todos les paga, con algo de atención o con una charla que no adoctrina. Así que esperas, esperas mientras sigues haciendo el mismo papel. Consigues salir de la rutina cuando nadie mira y fumas un poco. Y sigues pensando en que pagará. Y que puede que no tengas nada de atención en el papel. Pero reproduciéndolo en bucle y siendo constante llegarás al final. Y el final siempre es bueno en la comedia. Porque sino sería un drama. Y que drama ni que drama. Si en este plato el drama es lo que más risa da. Por favor, que el “dire” esta jugando al candy crush. ¿Cómo no te vas a descojonar del percal?

Así que esperas. Esperas que en el siguiente acto te ofrecezcan mejor papel. Porque no me salgo del guión que me dio Satán pero confío en las normas de comportamiento que me dio el productor antes de empezar a actuar. Y sigo pensando que alguna vez me recompensará. Porque al del Lazarillo le recompenso. Le recompensó con un país entero, actuando como él en su papel. Le convirtió en modo de vida y le ofreció un sitio junto a él. Tiene que estar descojonándose también.

Ni tan mal.

Esa es la vida de un extra en una comedia. La vida de una persona que va a Twitter a demostrar que como buen español es protagonista de su historia. Y por ello debe cobrar. Pero es un extra exigiéndole un pago al karma algo que se sale del guión infernal.

Hay que reconocer que si te lees sus guiones el cabrón tiene puntazos pero claro si lo alabas, ¡ay si lo alabas! Es cuando el director se fijara en ti pero no de la manera que esperabas. Porque rápidamente mandará a sus representados a darte con la vara. A decirte que dios es bueno pero mata a quien se sale de la trama. Aún si quiera sin haber participado mucho en el drama.

Y sentado en tu sitio. Piensas en como solías pensar. Es genial esta historia. Ya verás cuando me toque actuar. Atraeré focos y me darán lo que siempre he querido sin siquiera hablar. Pero no, amigo, no. Al final solo tienes una frase e intentas buscar la manera de decirla con verdad. Y la única verdad es que estás solo. Y en tu soledad. Cualquier atisbo de luz es solo eso. Porque eres un extra, nada más

Sol, playa y pandereta. Pan y circo latino. Si tengo el buche lleno y veo a otro extra morir sin parar me siento genial. Porque no soy yo. Y yo solo quiero sol sin edad.

¿Y dónde hay sol? En España.

Pero no sé puede salir.

¿Que? ¿Por qué?

Porque estamos rodando.

Pero quiero sol.

Pero fuera hay enfermedad.

¿Por qué?

En el otro plato alguien ha hecho sopa con atrezo. Y están muriendo sin parar.

¿El qué?

Algo que estaba colgado boca abajo, no lo sé.

Pero ¿cómo puede haber alguien tan sunormal?

Puede haberlo, mira como se descojona Satán. La estupidez siempre ha sido su favorita. Nuestra debilidad

¿Y qué hago, que esto no avanza? Siéntate, ponte a Twittear.

Vap.

Y yo sentado al lado de ese otro extra. Pienso "huye de la enfermedad y la muerte" y se mete a Twitter, aquí, en España. ¡Qué cabrón el puto Satán! y me empiezo a descojonar. Y el karma me mira porque me río. Y dice mira ese al menos sabe disfrutar. Y yo que veo que se fija en mi. Lo apunto en mi guión para no perder la esperanza. Porque el Lazarillo invento Twitter, y mira ahora donde esta.

La vida de un actor extra de comedia. No está tan mal.

Frikardini AKA Ricardo Asín Peral: Un actor que quería ser guionista

Ricardo Asín Peral es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.