Almas encontradas
Mentimos a los demás con descaro y calma.
Pero la peor de las mentiras! es:
Cuando nos mentimos a nosotros mismos sin pudor.
Cuando intentamos separar dos Almas!.
Debemos de tener el coraje de comenzar,
si nos falta el necesario convencimiento,
ya se termina todo antes de empezar.
Perdiendo un tiempo precioso,
que es lo único; que nunca se puede reciclar.
Es llegado el momento para seguir respirando, del mundo,
de la fantasía y de las Ilusiones.
Aunque te perdí despierto, en un soñar incierto!
Siempre termino por encontrarte, en cada rincón
de mi recuerdo…
Cuando dos Almas se encuentran y
si tienen felicidad. “Compártela.”
Si dos almas se reconocen, y sienten Amor,
déjalos que lo gocen y disfruten.
Si dos almas se agarran ¡fuermente!
y obtienen triunfos. “Gózalos”…
Si dos almas se aman y no se olvidan.
No los separa ni la distancia perdida,
el silencio, ni las muchas vueltas,
que dé la Vida .
Emigrante de puertas abiertas
Aquí estoy velando tus sueños.
Estuve a tu lado en cada momento,
sintiendo en mis carnes, tus últimos sufrimientos.
Los años te están consumiendo.
Pero tú eres de acero; mi republicano de puertas abiertas.
Por tantas batallas, ganadas a la vida y a las tormentas.
Por eso; no te rindas mi abuelo,
duerme y descansa, que yo velaré tu sueño.
Recuerdo cuantos empeños,
cuantas cosas hiciste por mí, me enseñaste la vida,
me diste alegrías impregnadas en grandes sueños.
Tú me hiciste creer, que eras eterno.
Todo lo que eras,
lo tengo guardado en mi pecho,
porque se quedaron conmigo
los mejores momentos.
Estás muy cansado; los años te pesan,
no te aguantan ya los huesos.
Pero tú sigue firme agarrado al timón, y con brazo grueso.
continuas aferrado al paso del tiempo…
Aunque tus ojos aún me miran, yo me desespero.
Quisiera poder aliviarte, darte mi aliento
y proteger tu vida; por tiempo eterno…
Yo también te miro y recuerdo,
tus risas, los chistes que te acompañan,
cuando los tuyos llegaron
Inmigrantes, de Italia hasta el Sur de España…
Nunca usaste sombrero,
tu boina sombreaba tu vieja cara;
esa boina que te caracterizaba,
que eras un descendiente partisano,
venido de las montañas sicilianas.
Aquí sembraste tus sueños, aquí viviste tus tiempos;
criaste tus hijos, nos diste tu ejemplo.
por mucho más, ¡y por eso!.
Te quiero mi abuelo.
De ti nunca escuché ni un grito, ni retos.
Y aún con tus carencias,
nos cubriste siempre; de grandes momentos.
Varios libros serían necesarios, para mantener tú recuerdo.
En un frio mes de Diciembre.
Te fuiste en silencio, durmiéndote en el sueño eterno.
Y yo me quedé sin poderte decir.
Papa Alejandro… ¡Te Quiero!
Maestro: Ponga la sejilla al dos,
que
quiero resitarle a esta güena gente,
un
poema minero,
y no quiero, que la prima y el bordón de su
guitarra,
pueda
ahogarme la voz…
Mi
voz que ya está apagá,
mi
voz,
ya
no se escuchara en aquella galería infernal…
Tu,
cuando me vayas a enterrar,
pon
recuerdo a mis días, cuando llegué a La
Carolina,
desde
mi Almería natal…
Ese
día; ya sin ver ni sol ni luna, cuando
me jueron a sacar,
se
queó colgao con intensiones asesinas,
el
enmaderao que se me vino ensima y me costó la vida.
Ya
los niños no paran de llorar.
La
familia, ha quedao desampará.
Ha
desapareció de sus vidas el Padre,
y
de la casa; el único Jornal…
Adiós
a la vida, a la ilusión de crear un hogar.
Adiós
a la mina, a sus mieos y compañeros,
en aquella madrugá…
Por eso:
Hoy
resito por tó aquellos, que se quearon secos
de
tanto respirar veneno.
Por
aquellos, que jueron Gùenos pá los
demás,
y pá los nuestros; pero no pá ellos…
Hoy
resito, pá los que en las minas,
se
dejaron el alma y la vida,
con
el polvo y el estallio de los barrenos.
Pá
los que sus pulmones y ojos fallaron,
de
tanta oscuriá y de tantos mieos…
Hoy
también resito al bolsico del Corasón,
que
es; donde se guardan y no se borran
toicos
los recuerdos gùenos.
También
hoy, quiero resital, a los que cantan tarantas
y
les ponen voz, a las penicas de los mineros...
Sigo
resitando a ese minerico valiente de La
Carolina, que tuvo tan mala suerte en “Federico”… Aquella mina, que en su profunda negrura,
no
solo le dio la muerte, que además; quiso ser su sepultura…
Resito,
si hoy resito:
Al
minero que en el fondo de la mina,
y
con lágrimas que resbalan por su mejillas.
Resa
a Santa Bárbara Bendita
por
su gente que es su semilla…
Siendo
esta, la Orasion más sensilla
que
se pueda resar,
por los suyos; y por toica la Humanidad…
El niño de la armónica
Bajo la misma encina,
sentados en el mismo banco.
Contemplaban el horizonte,
en un atardecer de brillante color rojo herido,
y un manto de verde hierba
lleno de floreado y vivo colorido.
Recuerda con su armónica,
sonidos y notas, que el abuelo le enseñó,
cuando tomaban el fresco en aquel lugar cómplice,
de atardeceres primaverales, que tanto le enganchó.
Los ojos a veces, de lágrimas arrasados y la mente puesta,
en tiempos muy pasados.
Como una película en blanco y negro, ve los recuerdos,
uno, a uno…todos jalonados…
Con el verbo primario que da la fuerza de la sangre,
hierve esta, en un mismo sentido
cuando ha sido tanto, el sentimiento compartido.
En el cálido y soleado atardecer;
el chico contempla la vieja armónica,
y va tocando los mismos acordes que su Abuelo le enseñó.
En la vieja encina, en el mismo banco de piedra;
donde una mala tarde, solito lo dejó.
Ese niño, sigue tocado las melodías que de su antepasado aprendió,
bajo la misma encina, en el banco, con su bota de vino añejo, y los bellos
recuerdos, ahora que él: ¡También ha llegado a viejo!
¡Quisiera que
entendieras!
Te pido que te
pongas, tú que fuiste emigrante,
lo que de mis zapatos
resta
y llamaras a mi puerta.
Me he convertido en fugitivo
de la guerra y de sueldos
exterminados,
porque sus ricos
yacimientos, fueron arrasados.
Después de largas
caminatas.
Después de tantos soles,
huyendo de la guerra.
Después de tantos fríos,
en mis noches inciertas.
Soy uno más, de cientos de noches de ojos abiertos,
por fin, he podido llegar
a este lugar,
donde encuentro unas
vallas que no tienen puertas.
Te lo puedo jurar:
Que no soy yo, quien
provoca los conflictos que me hacen huir.
Que son intereses
bastardos que arrasan las riquezas de mi país.
Yo quisiera estar
escuchando bonitas historias de caza, bajo el viejo baobab,
al calor de la hoguera, -. Si las piedras ambiciosas no existieran !!!
Te lo puedo jurar:
Que no quisiera estar
escondido como si fuera un delincuente,
yo también he tenido
familia, estudios y un hogar,
y no
quisiera suponerte una molestia,
ocupando este lugar.
Yo quiero enterrar en blancas cenizas, las oscuras
ambiciones,
que hacen de mi patria,
un infierno de miseria y maldiciones…
Las balas me hicieron
correr, sin orden ni concierto
desorientado, asustado y
sin rumbo abierto.
¡Por eso estoy en tu
país!
Sin papeles, manejado,
mojado, molestando y hambriento,
convertido en un fugado
de una vida que cada día, es más incierta,
llamando
a tu puerta, esa puerta, que nunca encuentro abierta!
No sé quien maneja estos
hilos,
yo solo quería un futuro
en mi tierra.
Paz en mi país.
Pero un maldito día,
niños como yo, vestidos de soldados,
me empujaron a huir…
Y aquí me encuentro, sin
saber qué hacer,
si correr hacia adelante,
o hacia atrás,
para acá, o para allá,
nadie escucha mi voz,
por mucho que quiera
gritar…
Miro al cielo implorando
al gran Dios, si me puede ayudar,
pero solo veo una valla
asesina, que yo no puedo saltar.
Es una valla sin
puertas, que no logro atravesar...
Este pueblo de Melilla, que siempre fue, acogedor,
Crisol de mil y una
culturas,
hoy puedes ser mi
sepultura, o puedes ser mi salvador...
¡Sea hoy lo que sea!
Quiero que sepas de
antemano, que te pido perdón,
que solo soy responsable
de huir de mi desgracia que es; ser de distinto color…
Que este conflicto
planteado, no lo he creado yo.
Solo busco un futuro como
hicieron tus fundadores.
como hiciera Pedro de
Estopiñan,
quiero un lugar donde
pueda reinar la Paz…
No
quiero que haya guerra en mi país.
Quisiera de una vez por
todas, que volviera a resurgir.
Y yo, a esta penosa y larga caminata, le pueda poner su punto final…
Autor: Inmigrante.
“Baobab” Árbol emblemático de Senegal.
Alejandro Vico Alonso es delegado en Jaén de la Unión Nacional de Escritores de España.