Ana María Reyes Cano, poemas

 

Lamento encadenado

Ahora siento que mi voz ahogada

solo puede dar la textura extraña del silencio.

Sé que ahora huele más denso el aire,

más lejano e invulnerable a mi llanto,

que la tarde arrastra cadenas

ensangrentadas de adioses,

que todo mi cuerpo se moja

con esa lluvia triste

que intenta vanamente apartar

las esquinas punzantes de la angustia.

Las estrellas cierran sus ojos de alambre,

me miran entre los sudores de mi pus,

entre las cadenas de mi boca,

me dicen que detrás de esa cortina de luz

sólo me esperan las sombras.

Mas he de luchar contra ese virus

que amaga con callar mi lamento, 

y mi voz se ahoga entre las bufandas

que intencionadamente le he puesto al miedo,

porque el frío segrega posturas de sal

que amenazan con manchar mis recuerdos.

Quise retener la lluvia y la luz del tiempo

ignorando los colores del crepúsculo,

pero las horas caían

como serpentinas acabadas

porque no eras tú

sino el estruendo del combate

quien me abrazaba

con sus lacerantes gritos

de intransigencia.


Ausencia vulnerada

Cuelgo mi abrigo en el armario

─demasiado lleno de promesas y de historias

que ya no me pongo al salir a la calle─

luchando con una falda que se cae con insistencia,

cuando me dicen que tu nombre me espera en el salón,

saliendo de ese guante con números

que se traga la costumbre de mis manos,

y corro a desatar urgente sus botones.

Tu voz sale de su retrato

rompiendo los marcos de la ausencia,

recreando volumen su antigua postura inmóvil;

me dices que quieres verme…

y ¡no sé cómo he podido sostener esa caracola

que me traía tu voz como un cascabel descuidado!,

¡no sé cómo he podido sostener

la violación dulce y sonora de mi olvido!

Tengo que recoger mi habitación y no sé cómo hacerlo,

ahora que has burlado mi monotonía

y mis manos buscan tus silencios vulnerados;

ahora que, a pesar de la distancia,

me pregunto si quizá estemos a tiempo

de recoger los números

que se les cayeron a nuestros relojes.


Del poemario Ausencia levemente prolongada

Ana María Reyes Cano es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.