Ana María Reyes Cano, poema

 

Ausencia vulnerada

Cuelgo mi abrigo en el armario

─demasiado lleno de promesas y de historias

que ya no me pongo al salir a la calle─

luchando con una falda que se cae con insistencia,

cuando me dicen que tu nombre me espera en el salón,

saliendo de ese guante con números

que se traga la costumbre de mis manos,

y corro a desatar urgente sus botones.

Tu voz sale de su retrato

rompiendo los marcos de la ausencia,

recreando volumen su antigua postura inmóvil;

me dices que quieres verme…

y ¡no sé cómo he podido sostener esa caracola

que me traía tu voz como un cascabel descuidado!,

¡no sé cómo he podido sostener

la violación dulce y sonora de mi olvido!

Tengo que recoger mi habitación y no sé cómo hacerlo,

ahora que has burlado mi monotonía

y mis manos buscan tus silencios vulnerados;

ahora que, a pesar de la distancia,

me pregunto si quizá estemos a tiempo

de recoger los números

que se les cayeron a nuestros relojes.


Del poemario Ausencia levemente prolongada

Ana María Reyes Cano es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.