Amor es vida
Mañanas azul y rosa
cielos grises se aventan
aire fresco me acaricia.
Acaricia mi alma
me remonta a altas cimas
misteriosas, desconocidas.
Las montañas orgullosas
tras la ventana
me llaman al camino.
No acierto a saber hacia qué
ni dónde.
Tengo la certidumbre
de que así conecto contigo,
con la levedad de tu cuerpo,
con el místico secreto de tu mirada,
con la promesa de tu boca.
Y entonces pienso que no sé nada del amor,
solo siento.
Es fuerza
sangre de vida.
Los almendros
Soledad de los campos
cuando el sol se abre camino
entre los frios invernales,
atados al calor
de la lumbre
de las chimeneas
surge en los febreros
algo como inesperado
el sublime canto de los
almendros
en los árboles que iluminan
la delicadeza de sus formas.
Esa redondez parecida
a tu dulce figura
a tu exquisita elegancia.
A tu fina voz de poesía viviente
que anhela el paseo bajo esa sombra
cogida de la mano del amor
cuando vamos despacio saboreando
en el anochecer
hasta el último resquicio
de la imagen que ha dejado en nosotros
tanta blancura azulada
tanto cielo
tanta plenitud en nuestros labios.
Amanece
Amanece el aire puro
todo espacio
inmenso en su blancura
casitas azules dónde amamos.
No estorban el odio, los rencores
egoísmos explotadores.
Ligeros lienzos blancos
olas dormidas
tibia neblina
nos envuelve y acaricia .
Crujen gaviotas
traen olor a mar eterno
indefinido.
Solo pienso en la belleza de tu alma
en la elegancia de tu cuerpo
en tus mechitas rubias sobre
tu rostro aniñado.
Transparente
entre los pliegues blancos
de tu velada ropa
mis recias manos abarcan tu cintura.
Sentir nuestro palpitar unísono
armonía de vida
solo elegancia
gozo de nuestra unión
placer de nuestra mezcla,
continuidad el uno del otro.
No quiero sino el canto
sentida la belleza.
