Nadie
sabe cuánto cabe en una obra maestra.
Cuanto
tiempo hay detrás de un lienzo inacabado.
Nadie
sabe la hermosura que se despliega capa tras capa,
tras
la mezcla de colores, luces y sombras.
Contemplo
una vez más tu mundo simbólico,
la
mujer morena, la mirada profunda.
Todo
arte se aprecia mucho más con el paso de los años,
con
la belleza inmaculada de la perfección.
Aún
recuerdo la primera vez que observé tu obra,
cuando
sentí que ser de la misma tierra
era
un orgullo universal.
Donde
miles de ojos reconocen
que
la magia de tu pincel
tiene sabor a pureza.
Verónica Esquinas Sánchez